Continuación...

En aquellos años, cuando una persona de noble linaje tenía una hija fuera del matrimonio, el padre no la reconocía, pero la enviaba a un Internado donde no le faltara nada... Regresando a la historia, el Corregidor y la joven Josefa contrajeron matrimonio y fueron felices, más aún porque él era dueño de una fortuna, herencia de la difunta y porque la joven salió muy buena para el catre, esto enloqueció al Corregidor, quien decidió irse a vivir a la Ciudad de México para disfrutar mejor la vida... Hasta al fecha no se puede vivir en Querétaro más de tres días porque es aburridísimo... Josefa estaba encantada con la vida social de la Capital, hasta que un día el Corregidor decidió regresar a vivir a Querétaro, lo cual molestó sobremanera a su joven esposa, quien se vengó (Aquí viene a cuento "Arráncame la vida", cuando la provinciana protagonista vive en la Capital y se vuelve loquita por un músico; esto lo digo yo, no Germán) de la siguiente manera: reproduce las fiestas palaciegas, invita a la crema y nata del Bajío a sus pachangas: el clero, los ricachones y los militares, empezando con el Cura Hidalgo, quien era una fichita y seguramente la Corregidora se lo pasó por las armas, como a todos los demás: si no le gustaba uno, pasaba al siguiente... El Corregidor se daba cuenta de todo porque las reuniones eran en su casa y, entre juego y juego, una parejita desaparecía en una alcoba para reaparecer al final de la velada, pero aguantaba vara... Entonces llegó Ignacio Allende... (Continuará).   Nota: Esta historia está parcialmente narrada en "Los hijos de López" de Jorge Ibargüengoitia, por si alguien se interesa.   Buenanoche

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