lunes, 13 de diciembre de 2010







Confieso mi falta de objetividad al compartirles estas líneas. Y es que la literatura infantil y juvenil de Ricardo se me fue metiendo a las entrañas al paso de los años y al devenir de cada título nuevo que de él conocía y me iba fascinando más por lo que considero son sus altos valores literarios: la audacia en la selección y tratamiento de sus temas, la congruencia en la búsqueda de un estilo sin complacencias y la honestidad para mantenerse fiel a sí mismo como creador.



Mucha gente que he conocido en los talleres sabe que es uno de mis autores de batalla y algunas de sus obras me acompañan casi permanentemnte para ser compartidas: desde Miedo, el mundo de al lado (Alfaguara), de la cual leo sin cansancio los capítulos Adulto o Gorco, hasta la demoledora La Valla, pasando por Fernanda y los Mundos Secretos (FCE), Las peregrinas del Fuisoyseré (FCE) o El beso más largo del mundo (Castillo).



Y es que el entusiasmo nace cuando encuentro el conjunto de una obra sólida, que es capaz de mover los sentimientos del lector con un lenguaje que sabe pulsar su alma sin sensiblerías o maniqueísmos, sino con frases que apelan al ser mismo de cualquier individuo, sea adulto, sea niño, sea joven. A eso habría que sumar su audacia por tratar temas poco abordados en este género literario: los temores infantiles -que a final de cuentas son los temores humanos-, el abuso sexual, las discapacidades, la búsqueda del propio ser. Y a ellos se enfrenta con el rigor de un escritor que busca en la literatura un sello personalísimo respetando sus propias necesidades creativas pero también respetando al lector inteligente -no tiene el condicionamiento de que es para niños-, retándolo, jugando con él, siendo sumamente empático, divertido, travieso, pero incluso siniestro y complicado, exigente y, en el caso de Severiana, su más reciente novela, incluso despiadado. Sus novelas arriesgan al experimentar incluso con estructuras que no hemos encontrado en otros autores para chicos: es el caso de Las Peregrinas, donde la historia es no solamente una retrospectiva, sino la estructura capitular también juega con esa forma, de atrás hacia adelante. O el hecho de que Miedo esté construído como un suerte de Diccionario capitular.



En los libros de Ricardo uno encuentra seres lúdicos y llenos de matices, elaborados con humana complejidad supongo que por la formación profesional previa a ser escritor, de la cual espero él nos platicará.



Toda esta abundancia existente en su literatura redunda en una lectura sumamente gozosa, disfrutable, entrañable, que provoca goces inmediatos, pero también reflexiones profundas y duraderas.



Su literatura para adultos es otro tema más complejo y extenso, pero confieso, me cuesta trabajo y no me ha llevado a las crestas emotivas que sus otros textos.



Quizá por eso Severiana me parece una joya. Porque es el punto de su creación donde convergen sus creaciones paralelas, donde se sintetiza su literatura para niños y jóvenes y la adulta. Donde no sólo vuelve a abordar un tema escabroso: ahora es el secuestro de los niños, no sólo físico sino incluso metafísico, el secuestro como una gran metáfora de lo que el mundo adulto y presente le hace a la infancia. Cómo enfrentan lo niños, los jóvenes, esa indefensión ante un peligro del que nadie los puede resguardar es la gran trama de Severiana. Quizá les encantará saber que es a través de la lectura y la escritura, permitiendo un hálito de espranza, pero el desenlace es uno de los más intensos que he encontrado en los libros para jóvenes. Y decidí escribir intenso para no robarle la sorpresa a nadie al llegar al final de Severiana.



¿Que si vale la pena sentarse a platicar con Ricardo? Por muchas razones sí. Entre otras porque no está en México y de manera excepcional podrá estar este jueves en IBBY. Porque la entrada es libre. Porque es un hombre generoso. Y principalmente, porque muchos, muchos, creemos que es uno de los mejores escritores contemporáneos para niños y jóvenes de nuestro país.





Jueves 16 de diciembre, 17:00 horas, Parque España 13-A, Col. Condesa.



El cartel dice que voy a narrar. Disculpen: será una lectura muy breve de algunas de sus obras y un capítulo de Severiana.



Allá los esperamos.







miércoles, 1 de diciembre de 2010

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