jueves, 20 de noviembre de 2008

De Harry Potter a Crepúsculo o la dimensión desconocida

Cuando era niño una de mis series de televisión favoritas era The Twilight Zone, que era traducida como "La Dimensión Desconocida". Era una serie que relataba eventos extraños, casi siempre de terror o ciencia ficción. Recuerdo uno de los capítulo: En un mundo probablemente futuro, un hombre era castigado por un tribunal por cometer un crimen. En lugar de ser enviado a la cárcel, se le ponía una corrosiva verruga en la frente que no se la podía cubrir con nada. Si se ponía un sombrero la verruga perforaba el sombrero para dejarse ver. La verruga condenaba al hombre a la invisibilidad. Cuando las demás personas veían la verruga, debían actuar como si el hombre no existiera, era la ley. Al principio pareció divertido y el hombre aprovechaba para meterse a los baños de mujeres y hacerle de vouyer o se llevaba cosas de los supermercados sin pagar, pero pasado un tiempo la invisibilidad le resultaba insoportable. Recuerdo que pasaba todos los sábados en la noche viendo la serie, no me la perdía, habré tenido unos 8 años. El título The twilight Zone se traduce literalmente como la "La Zona del Crepúsculo", en realidad una serie de los años 60, reciclada en los 80.

En 2005 fué publicada la novela Twilight (Crepúsculo), de la autora estadounidense Stephenie Meyer. Twilight es una novela romántica de vampiros enfocada hacia el público joven y adolescente, es la primera parte de una serie de cuatro libros, New Moon (Luna Nueva), Eclipse, y Breaking Dwan (Amanecer). En estos días la verisón cinematográfica de Twilight llega al cine.

La tetralogía de Meyer ha sido un fenómenos editorial al estilo de Harry Potter, al menos en Estados Unidos. Días antes de que los ejemplares lleguen a las tiendas los jóvenes acampan fuera de las librerías, sus libros son comprados por montones por jóvenes entre 15 y 20 años. Nacida en 1973, Meyer es de esa generación que pudo ver The twilight Zone, pero un poco grande para haber leído Harry Potter. Por otro lado, sus lectores seguramente han tenido al menos un libro de Harry Potter en sus manos, chavos aconstumbrados (o un poco adictos) a este tipo de fenómenos editoriales. Es decir, los lectores que J.K Rowlings engancho a la lectura, ahora están siendo capturados y reciclados por Stephanie Meyer. ¿Cómo serán de adultos?

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