lunes, 14 de julio de 2008

Industructible

Cuando era niño los cines tenían un precio controlado, lo que significaba que el gobierno dictaba cuánto "debía costar el cine", fijaba el precio por boleto. Ahora como adulto, y después de haber pasado buena parte de mi juventud estudiando economía, (no me mal interpreten aún soy joven), comprendo que el control de precios ocasionaba que los cines estuvieran en permanente mal estado. No había las grandes cadenas de salas que hay hoy día, o si las había (como el caso de los Cinemas Ramirez, ahora Cinepolis) eran incomadas, no muy limpias, con mal sonido y mala imagen. Los estrenos (hay que decirlo) tardaban varios meses o hasta un año en llegar a salas mexicanas, mientras que el cine nacional pasaba por su periodo "de ficheras", donde le leitmotiv eran las prostitutas y los criminales.

No todo era malo. Eran también los tiempos de la "permanencia voluntaria" y de funciones donde se exhibian hasta tres distintas peliculas al hilo. Lo que permitía pasarse más seis horas en el cine una tarde de domingo. Todo por el precio de un solo boleto. Entre mis mejores recuerdos cinefilos de esa epoca, están los cines exclusivamente para niños. En especial recuerdo el Cine Continental en Xola y Av. Coyoacan, el cual tenía una fachada que asemejaba el Castillo de Disney. En esa sala pude ver E.T. y la trilogía ochentera de Star Wars. . . eran tiempos de crisis . . .

Este verano no hay muy buen cine, pero hay muchísimo. Casi todo dirigido a jóvenes y niños. Entre los títulos se encuentra la segunda película de Hellboy, dirigida por Guillermo del Toro, con fotografia de Guillermo Navarro. Ambos mexicanos que han triunfado en Hollywood. Hellboy es originalmente un comic que ha sido adaptado al cine, y solo por eso tiene ya algún mérito. Es la historia de un personjae salido del mismo infierno, que se uné a los humanos, en especial a los americanos, para combatir "fenómenos paranormales". Si hubiera que clasificarlo, yo diría que es algo así como terror adolescente. Es un terror que si bien no tendría porque causar miedo a ningún adulto cuerdo (para eso está el periódico), no es sozo, en una palabra, entretiene.

A pesar de todo eso, cuado me pregunto ¿por qué hay que ver Hellboy? o ¿por qué los adolescentes deberían verlo o no verlo? la respuesta me parece dificil. Pensando en aquellos tiempos del precio controlado, a los adultos a mi alrededor les parecía que una película era buena para los niños si "tenía mensaje". Si bien bajo este parámetro "Un grito desesperado" es una obra de arte, no hay que despreciar los esfuerzos que estudios como Pixar, Dreamworks y Disney hacen por entregar justamente eso: un mensaje que transmita algún(os) valor(es). En Hellboy el mensaje o transmisión de algún valor es sumamente difuso.

En lo personal me costó trabajo saber cuáles eran los buenos y cuáles los malos y tal ves ese sea el mérito de la película. Hellboy (el protagonsita) es la caricatura de un antiheroe muy al estilo de "Harry el Sucio", que se emborracha bebiendo cantidades industriales de cerveza Tecate. Mientras que su antagonista es un principe de gran disciplina, paciencia y entrega que defiende los bosques, en especial a sus criaturas fantásticas. . . ¿de qué lado estarían?

Por otro lado y pasando a temas más académicos: La película esta plagada de referencias intertextuales. Sin duda del Toro hace gala de su erudición literaria y cinematográfica. La película parece un encuentro entre Julio Verne y el Señor de los Anillos. En la historia conviven máquinas (mecánicas que no digitales) con hechizos y maldiciones. Elfos y hadas conviven con escafandras y otros artefactos muy al estilo de "20 mil leguas de viaje submarino". Ya en otras ocasiones del Toro nos ha mostrado el encuentro de la mecánica con la fantasía. Entre sus simbolos favoritos se encuentran los engranes, y en Hellboy nos entrega una escena que recuerda el "Tiempos Modernos" de Chaplin, aderezado con cine de vampiros. Tal como lo hizo en Cronos.

También hay continuas citas al cine de terror. Durante la película se logran ver pantallas de televisión con imágenes en blanco y negro de películas antiguas y programas viejos de televisión. En especial resalta un close-up del Frankestein de 1931. Mas que las tomas viejas, es el mismo televisor que causa miedo. Caja idiota que perdura. Entre las película más obscuras del genero se encuentra "Indestructuble man", película de 1956 que empieza con una leyenda que pregona que el sueñó (o pesadilla) de Julio Verne, Mary Shelley, H.G. Wells se ha vuelto realidad. En Hellboy aparece un ejercito mecánico formado por soldados "industructibles" con U. Todo esto, quiero suponer, se debe a la inmersión de del Toro en la cultura de Los Angeles, su homenaje a Hollywood. El guión fue escrito por él mismo, junto con Mike Mignola, creador del comic. Es así como, si analizamos Hellboy como producto industrial resulta fascinante. Aunque me hace sentir como Charlie en la fábrica de chocolates, un poco empachado.

Finalmente, están los guiños mexicanos. Desde la borrachera con cerveza Tecate, por cierto light. Pasando por un sórdido elfo, sin piernas, que se arrastra en un carrito (del tipo de la gente de la calle retratada por Carlos Fuentes en Cristobal Nonato). Hasta una imagen (pagana) de la Muerte, que bien pudo ser inspirada por aquella (sagrada para algunos) adorada en el Barrio de Tepito.

Si me preguntan por qué hay que ver Hellboy les diría . . . simplemente porque esta ahí. . .

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