viernes, 26 de septiembre de 2008

Deepak Chopra

Acuses:
Maru: Gracias, ahora la dificultad es el horario, espero mandarte el lunes los dos nombres.
El Colectivo Tollan invita a la Octava Noche de Chachalacatlahtoa, al anochecer, en la plazuela del Barrio de San Cristóbal. Ahí nos vemos, ojalá empiecen temprano, procuraré no desertar.
Noé Jiménez envía su link, para quien se interese por sus servicios como fotógrafo: http://es.netlog.com/noejimenezfotografomexicano.com. Noé: por andar en todas partes y en ninguna y, como la vez que me saludaste en la calle, siempre solo (lágrimas a tutiplen, diría Cri-cri), ni modo. Precisamente el tema de hoy surgió porque los chismes de la Dele apenas se están sazonando, entre otros, que ayer saqué unas fotografías de mis videos, fotos que aún no imprimo, luego te las muestro.
 
Deepak nació y creció en la India, cuando terminó sus estudios Preparatorios, fue enviado a Inglaterra para estudiar Medicina, luego siguió su internado, luego hizo una especialización, después logró fusionar la Medicina Hindú con la Occidental y obtuvo resultados asombrosos, de ahí que sus libros se vendan por millones en todo el mundo.
Inclinado a lo Oriental, Chopra es uno de mis autores favoritos. Los libros que he leído son "El regreso del Maestro", "La perfecta salud","Mentes sin tiempo, cuerpos sin edad", "Jamás moriremos", entre otros. También tiene videos y da conferencias, dentro de poco estará en México, pero el precio de entrada es inaccesible para un xochimilca montañés.
Deepak, como otros grandes autores, busca el justo medio entre la medicina Oriental y la Occidental para curar a sus pacientes de, prácticamente, todas las enfermedades.
Lo novedoso de su tratamiento radica en que todo está en la mente, es decir, casi nunca recomienda medicina, sino tratamientos tradicionales, basados en la naturaleza. 
Según Deepak, la mente puede curar al cuerpo si tiene la voluntad y la fuerza suficiente.
Terminaré esta semblanza transcribiendo una historia que refleja mucho de la poesía que escribo:
"En el cuarto más alto de una torre vive un mono, sólo puede ver el paisaje a través de una ventana. Un buen día se pregunta por qué esta ahí... Empieza a deprimirse hasta llegar a alucinar... De pronto se da cuenta de que es feliz porque el cuarto es agradable y se puede ver el mundo desde ahí, se va sugestionando hasta creer que está en el Cielo... De pronto se deprime de nuevo, luego se pone feliz; desgraciadamente, el mono no puede saber que existe el infinito y que con su mente puede llegar a él, es decir, la mente no tiene límites, sólo los que cada quien le pone...."
El mono es la mente enajenada, pero la mente humana puede acceder a otros territorios, meditando, soñando, imaginando (como Lennon en "A través del universo"), o simplememente viviendo en una ilusión amorosa...
En la poesía que escribo busco romper los límites, es decir, abrir la conciencia;  de ahí a lograrlo hay un gran paso.
 
Buen fin  
 
 
 

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