Cavilaciones de fin de semana

El hecho de no tener pareja hace posible que me haga menso a esta hora del domingo... El viernes fui a IBBY y pedí en préstamo "El laberinto de los dioses", libro para niños que explica la Mitología Griega (Homero, Ovidio, y otros autores inician la historia después de este hecho), por fin me enteré del origen del hombre: Zeus aburrido en el Olimpo, encarga a Prometeo "fabricar" unos seres a imagen y semejanza de los dioses, pero sin inteligencia, Prometeo toma una mezcla con arcilla y "hace" al hombre para que la Tierra estuviera habitada; al pasar el tiempo, Prometeo ve con tristeza que el hombre es un perfecto inútil y le enseña a comstruír armas, a cazar, a pescar, finalmente, le lleva el fuego que roba a Helio; esta última acción despertierta la ira de Zeuz, quien castiga a Prometeo como ya saben; si pueden, lean la historia; misma que nos remite a la Mitología Judía, Cristiana, Mahometana, etc... El viernes, a las 8 de la mañana, me reuní con los maestros, durante la media hora que me asignó la Directora de la escuela primaria: llevé libros de la Colección "Sepan Cuántos", con atractivos títulos y autores: historia, novela, cuento y poesía: 8 profesoras se llevaron un ejemplar; acto seguido recogí los libros que presté el mes pasado; considero que las 18 maestras trabajan uno o dos turnos, tienen una casa que arreglar, esposo e hijos que atender: en su tiempo libre quieren descansar, no leer libros; antes de retirarme pregunté si querían hacer un comentario acerca de sus lectores, dijeron que no... En la calle, cargando mi costalito de libros, recordé que a los mexicanos les gusta la fruta "peladita y a la boca", como dice un viejo proverbio popular: la próxima vez haré lo burocráticamente correcto: llevar fotocopias de libros sintetizados, cada profra leerá un libro y así, hasta agotar la media oreja... El sábado (¿Quién te está preguntando?), lo dediqué al "Hogar, dulce hogar": conseguí el gas estacionario, lavé, fui a la tintorería; a las 16 horas noté que hablaba solo, es decir, no había cruzado palabra con alguien durante el día: estado frontero a la locura, quise ir a México pero me faltaba escribir poesía, corregir la Historia de Santa Cruz Acalpizca que Miriam escribió y llegar a la clase de las 19, ir con Balanzario, la Chachalacatlahtoa; me faltaba un chorro y dos montones; en un acto medio loco subí al Pointer y me dirigí a Santiago para saber si funcionaba la Casa de Cultura, pero fue inútil: a medio camino encontré al Coordinador y me dijo que no hay nada; voy patrás... Sólo me faltó ir a la Chachalaca: una crónica mándeseme, por el amor de Dios... Hoy salió el sol, empecé a recuperame de un pinche catarro que me tuvo a puro café americano (Dí: por la edá)... El desayuno familiar fue en Coyoacán: la plaza y el jardín estaban abiertas, Alina pudo comprar cosas a los vendedores ambulantes y la gente babosear; Patricia, mi nuera, dijo que me regalaría libros y juguetes: son muchos, así que llegaré a la escuela cargando un costal como el ropavejero... Esto me recuerda la experiencia del jueves: leí a un grupo de segundo año, cuando terminé, los niños deseaban que continuara, entonces saqué al bebé-títere, lo empecé a manipular, los niños que no lo conocían se morían de risa, otros, dijeron: "Es un títere", descubierto el truco pregunté quién lo quería, muchas manitas se levantaron, pero lo necesito para otros grupos y dije que era de mi nieta, el grupo, totalmente desconectado de la realidad, pedía otra historia con la mirada, dije que Alina tenía un caballo, recordando que tengo una foto en su clase de equitación, la mostré y dije, irresponsablemente, que pediría a mi nieta que llevara su caballo a la escuela (Chale, ora si te pasaste); el grupo estaba tan entusiasmado que no supe qué regalarles a cambio, le prometí dulces, mismos que tuve que ir a comprar a la tienda... Esa profunda división entre la mente infantil y la mente adulta, la confirmé hoy, cuando oí a Benjamín como Cuentacuentos, en el Centro Cultural Universitario, donde tuve oportunidad de saludar a varios lectores de IBBY: Edna, Elba, Ana, Marichuy y Maru Turrent (Ya, al punto), presencié que los niños estaban al frente y los adultos atrás; cuando llegó la hora de las adivinanzas contestaban los chirris con la riqueza de la imaginación... Leáse este texto y dése a la imprenta...

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