No todo es miel sobre hojuelas. . .

La semana pasada fue aprobada por segunda ocasión la Ley de Fomento a Lectura. Esta véz sin posibilidad que sea vetada por el Presidente. Eso da esperanza de que las librerias y editoriales independientes tengan más oportunidad de competir en el mercado. Asimismo, la Ley crea el Consejo Nacional de Fomento a la Lectura, con la finalidad de coordinar acciones de promoción lectora.

Todo esto se oye muy bien, sin embargo conviene poner atención a lo que ha pasado en nuestro vecino (y socio comercial) del norte al respecto:

El gobierno de Goerge Bush liberó una evaluación del programa "Leyendo Primero" (Reading First), el cual ha tenido una inversión de mil millones de dólares (un billón para los americanos, más de 10 mil millones de pesos para nosotros). La evaluación, llevada a cabo en 12 estados de los E.U., es muy desfavorable. Entre otras cosas concluye: que a pesar de la gran inversión, la "lectura de comprehensión de los estudiantes, no ha mejorado".

Según el Senador del estado de Massachusetts, Edward Kerry, el problema del programa ha sido la corrupción. En particular la complicidad entre ciertos editores y el gobierno para comprar material educativo, favoreciendo el amiguismo (cronysm) antes que la calidad de los materiales y el desarrollo de las capacidades lectoras. En consecuencia, el Congreso de ese país cortará el presupuesto para éste programa.

Una desgracia que me hace preguntarme ¿qué hariamos nosotros con ese presupuesto? Creo que maravillas, empezando porque para nuestros estándares nacionales parece un cuento del gato Cheshire. . .

Si quieres leer la nota del New Yor Times (en inglés), haz clik aqui